La Casa Quemada
Cierto hombre, temeroso de Dios, salió de viaje en avión. Sabiendo que Él lo protegería. Durante el viaje, uno de los
dos motores falló y el piloto tuvo que hacer un aterrizaje
forzoso en el océano. Todos los pasajeros perecieron excepto
este valiente caballero, porque logró aferrarse a una caja
de madera, que lo conservó flotando sobre el agua. Estuvo
mucho tiempo a la deriva y después de algunos días llegó
a una isla deshabitada. Al llegar a la playa, cansado pero
vivo, agradeció a Dios haberlo resguardado y guiado hasta
ese lugar. Se alimentó de peces, frutas y hierbas. Consiguió
derrumbar algunos árboles y con mucho esfuerzo logró construirse una casa.
No era un gran refugio, más bien era de aspecto precario,
con palos y hojas. Pero para él era su hogar y una vez más
agradeció a Dios, porque ahora podría dormir tranquilo y
sin miedo de los animales salvajes que pudiesen existir en
la isla. Una mañana mientras pescaba observó en dirección
hacia la casa, para su horror, la vio totalmente envuelta
en llamas. Se sentó sobre una piedra y llorando comenzó a
lamentarse: "Dios!!! ¿Cómo podés dejar que me pase esto?
Necesitaba ese lugar para resguardarme y protegerme… ahora
solo serán cenizas. ¿A caso no te importo?.”
En ese mismo instante, una mano se posó sobre su hombro y
oyó una voz que le decía: ¿Vamos, joven? Se dió vuelta para
ver quién le estaba hablando y para su sorpresa estaba junto
a él un marinero uniformado que le decía: "Vamos!! Vinimos a
rescatarte!!!" El muchacho le pregunto: Pero… ¿Cómo supieron
que yo estaba acá?" Y éste le contestó:"Amigo, vimos tus señales
de humo pidiendo socorro. El capitán ordenó que el barco se
detuviese y nos mandó en aquel bote para buscarte."
El hombre fue llevado al barco que luego lo reunió con sus seres queridos.
¿Cuántas veces nuestra “casa” se quema y nos quejamos como hizo
aquel hombre? Perdiendo el gozo, la felicidad y aún la paz.
Le reprochamos a Dios de nuestras circunstancias sin conocer
los planes que Él tiene para nuestra vida. Por momentos,
decimos que Él es el Señor y que tiene el control de todo,
pero cuando vemos que las llamas empiezan arder ¿Le damos
realmente el control y confiamos en su amor o nos refugiamos
en nuestras propias fuerzas, prefiriendo “una choza segura” a
un desafío de Dios? Si nos seguimos lamentando o viviendo de la
gloria del pasado, nunca podemos ser realmente felices, ni ver lo
que tenemos en nuestro presente y en nuestro futuro.
¿Basamos la felicidad en solo momentos de placer y distracción,
o se basa en la realidad y vida en Jesucristo? Necesitamos fe y
confianza en Dios para ser felices las 24 hs, los 7 días de la
semana y los 365 días del año. Porque la “Felicidad” de un cristiano
no son las circunstancias sino saber que Jesús está con nosotros en todo momento.
"Publicado por Todo Gospel"
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Que Dios te Bendiga =)
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